La tecnología actual de defensa contra drones ha formado un sistema multidimensional y multinivel, que cubre principalmente cuatro direcciones principales: detección, intercepción física, interferencia electrónica y engaño de navegación. Varias tecnologías deben combinarse de manera flexible según los requisitos del escenario para lograr una protección eficiente.
La premisa de una defensa efectiva es la detección precisa de los objetivos. La tecnología de detección realiza la identificación temprana, el posicionamiento y el seguimiento de los UAV a través de medios de detección multidimensionales, proporcionando un apoyo clave para las operaciones de intercepción posteriores. Incluye principalmente los siguientes tres tipos de tecnologías:
Los radares tradicionales tienen "puntos ciegos" en la detección de UAV pequeños y de baja velocidad. Sin embargo, al mejorar la sensibilidad del radar y la resolución de la señal, y optimizar el procesamiento de datos con algoritmos de inteligencia artificial, se puede mejorar significativamente la eficiencia de reconocimiento de los UAV pequeños. Este sistema es particularmente adecuado para la detección a larga distancia en áreas abiertas.
La comunicación por radio entre los UAV y los controladores es un objetivo de detección importante. En la actualidad, las tecnologías principales incluyen la detección de cuadrícula TDOA (Time Difference of Arrival, Diferencia de Tiempo de Llegada) (posicionamiento a través de las diferencias de tiempo entre múltiples estaciones base) y la detección AOA (Angle of Arrival, Ángulo de Llegada) (posicionamiento a través del ángulo de llegada de la señal). Estas tecnologías pueden bloquear rápidamente la posición y la banda de frecuencia de comunicación de los UAV, lo que las hace adecuadas para la detección precisa en entornos urbanos complejos.
Basado en cámaras de alta definición y sensores infrarrojos, este sistema puede realizar la identificación visual y el seguimiento dinámico de los UAV en escenarios con buena visibilidad. Combinado con algoritmos de seguimiento automático, puede capturar la trayectoria de vuelo de los UAV en tiempo real. La ventaja de esta tecnología radica en su alta precisión de reconocimiento, que puede ayudar a confirmar el modelo de UAV y la carga útil transportada. Sin embargo, se ve muy afectado por las condiciones climáticas (como niebla y lluvia) y las condiciones de luz.
La intercepción física es un método de defensa que logra la destrucción, captura o aterrizaje forzado de los UAV actuando directamente sobre el cuerpo del UAV. Se pueden seleccionar diferentes soluciones técnicas de acuerdo con el tamaño y las características de vuelo del UAV objetivo, cada una con sus propias ventajas y desventajas:
Para UAV grandes, de alto valor o de grado militar, los misiles de defensa aérea y la artillería autopropulsada siguen siendo medios efectivos de "destrucción dura". Pueden dañar directamente la estructura del UAV y eliminar por completo las amenazas. Sin embargo, estas armas tienen costos extremadamente altos y requisitos estrictos en el entorno operativo, lo que las hace más adecuadas para contrarrestar enjambres de UAV a gran escala y de alta amenaza.
Como una de las direcciones principales de la futura defensa contra UAV, las armas láser de alta energía se han convertido en la "némesis" de los UAV pequeños y medianos debido a sus ventajas de "precisión, velocidad y bajo costo por disparo". Al enfocar haces láser de alta energía para quemar el cuerpo del UAV o los componentes electrónicos, pueden completar la intercepción en unos segundos, y el costo por disparo es mucho menor que el de los misiles. Sin embargo, las armas láser actuales están limitadas por la potencia, se ven fácilmente afectadas por el clima severo (como la niebla y las tormentas de arena), y el costo general del equipo sigue siendo relativamente alto.
Las armas de microondas emiten haces de microondas de alta energía para interferir instantáneamente o quemar el equipo electrónico (como chips y sensores) de los UAV, lo que hace que se estrellen fuera de control o pierdan funcionalidad. La principal ventaja de esta tecnología es su capacidad de "daño de área": un solo equipo puede cubrir un área grande y puede contrarrestar "enjambres" compuestos por múltiples UAV al mismo tiempo. Es particularmente adecuado para la defensa de enjambres en áreas clave como aeropuertos y centrales nucleares.
Para los UAV pequeños de grado de consumo que vuelan a bajas altitudes y bajas velocidades, las redes de captura son el medio de operación más rentable y flexible. A través de lanzadores terrestres (como pistolas de red montadas en el hombro) o plataformas aéreas (como redes de captura montadas en UAV), lanzan rápidamente una estructura de red para cubrir el UAV, restringiendo sus hélices o cuerpo para lograr una captura no destructiva. Sin embargo, esta tecnología tiene limitaciones obvias: la distancia de intercepción efectiva es extremadamente corta (generalmente solo decenas de metros), y tiene altos requisitos para la precisión de puntería de los operadores.
La interferencia electrónica interrumpe el enlace de comunicación entre el UAV y el controlador, lo que obliga al UAV a perder el control, flotar o activar el programa de "regreso a casa". Actualmente es la tecnología más madura y rentable para tratar con UAV pequeños y medianos, siendo el método principal la interferencia de señal.
El principio es que el equipo de interferencia emite "señales de ruido" más fuertes que las señales de comunicación del UAV para cubrir las bandas de frecuencia de control del UAV (como las bandas de frecuencia civil de 2,4 GHz y 5,8 GHz) y bloquear su recepción de comandos. Esta tecnología es fácil de operar, con equipos portátiles (como pistolas de interferencia de mano y sistemas de interferencia montados en vehículos), bajo costo por uso y puede responder rápidamente a las amenazas de UAV pequeños a baja altitud.
El engaño de navegación interfiere con el sistema de posicionamiento del UAV al falsificar señales de navegación, lo que hace que se desvíe de la ruta programada. La tecnología principal es la suplantación de señales GPS.
Los UAV dependen principalmente del GPS (o Beidou, GLONASS) para el posicionamiento y la navegación. El equipo de suplantación puede emitir señales GPS falsificadas con mayor intensidad que las señales de satélite reales para manipular la información de posición del UAV, por ejemplo, induciéndolo a juzgar erróneamente que "ha llegado al punto de retorno" y regresar automáticamente a casa, o desviarse del área objetivo y volar a una zona segura.
En aplicaciones prácticas, una sola tecnología es difícil de afrontar todos los escenarios, y se debe hacer una selección integral basada en los siguientes tres factores principales:
1. Rentabilidad: Tecnologías como los láseres de alta energía y los misiles de defensa aérea son adecuadas para la defensa de objetivos de alto valor (como bases militares y lugares importantes), mientras que las redes de captura y los pequeños inhibidores de señal son más adecuados para escenarios de bajo costo (como áreas residenciales y lugares escénicos).
2. Adaptabilidad ambiental: Los radares y las armas de microondas se ven menos afectados por el clima y son adecuados para áreas abiertas al aire libre; el seguimiento óptico y las redes de captura de corto alcance son más adecuados para entornos cerrados en interiores o a baja altitud.
3. Actualización y mantenimiento de la tecnología: La tecnología de UAV itera rápidamente (como la actualización de las capacidades anti-interferencia). El equipo de defensa debe actualizarse regularmente en términos de algoritmos y hardware, y se debe equipar personal profesional para la operación y el mantenimiento para evitar fallas en el equipo.